Nacida y criada en Río de Janeiro, yo diría que, hasta los treinta años, tuve una vida bien “dentro de la ruta” esperada para una chica de clase media de Río.

Con mis 22 años (y la ingenuidad de esa tierna juventud), estaba segura de que tenía toda mi vida asentada. Tenía un trabajo prometedor en el mundo corporativo y un "amor para llamar mío". 

Durante los siguientes 9 años, la carrera profesional fluyó súper bien y el pololeo (como se dice en Chile) se convirtió en matrimonio.

Sin embargo, a los 31 años, me di cuenta de que esta "ruta" ya no me hacía feliz. Algo faltaba y el descontento con la vida que llevaba me invitó a dar un “reset” y a empezar todo de nuevo.

Con todo el dolor, la tristeza y el miedo que producen estos giros en la vida, me armé de valor, abandoné mi prometedora carrera corporativa, terminé una relación que se extendió por muchos años y me lancé a un grande y desafiante “comenzar de nuevo”.

Pasar por este período de tsunami me hizo comprender la importancia de tener una mano extendida (¡mi terapeuta!) para ayudarnos a cruzar los mares agitados de la vida.

También tuve la certeza de que, sin un autoconocimiento profundo de quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos, muchas elecciones "obvias" hacia la felicidad pueden ser grandes trampas que nos dejan "atrapados" en lugares poco felices.

A partir de entonces, la Psicología entró en mi vida y nunca se fue. Me titulé como Psicóloga en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil) y encontré mi lugar profesional en la psicología clínica.